Thursday, February 5, 2015

Carta a mi hermano que está lejos.

¡Hola!

¿Cómo has estado?
Ya va un tiempo que no hablamos mucho. Sólo hemos hablado de cosas muy superficiales, no es que me moleste hablar contigo de esas cosas ni mucho menos, al contrario, me encanta. Pero ya va un tiempo que hemos dejado las cosas profundas a un lado...

Hermano te extraño, pero no te extraño como tu crees. Te tengo aquí todos los días. Seguimos conviviendo casi como siempre.

Recuerdo que cuando apenas iba creciendo te veía con una admiración increíble. Aún lo hago. Me has enseñado cosas de la vida que muchas veces nuestros padres no pueden, es ese detalle que hacen los hermanos por los hermanos que nos dan lecciones enormes. Siempre he querido seguir muchos de tus pasos, aún cuando no lo diga. Siempre has sido un ejemplo para mi y quiero que lo sigas siendo. Me has enseñado mucho y quiero que lo sigas haciendo.

Pero creo que hoy llega el día que yo te tengo que enseñar algo a ti. Hermano, te has ido y me duele. Parte de que seas el gran ejemplo que has sido para mi, y estoy seguro que para muchas otras personas, es que llevas a Dios por todos lados. Dios te dotó con un corazón enorme para que amaras a todos como el lo hizo y siempre he visto que lo haces, pero algo pasó, no estoy seguro de qué. Estoy bastante seguro que en el camino de repartir amor hubo momentos dolorosos y difíciles que te llegaron a frenar, pero fue Jesús que te pidió esa labor que sólo los corazones más grandes pueden lograr.

Te fuiste lejos y tu corazón se hizo duro, tu nobleza empezó a caer y el orgullo y la soberbia de querer hacer las cosas por tu cuenta llegaron. Hermano me dueles. Hermano: ¡ten valor! Hermano sigue adelante.

Te extraño en Cristo.

Ten la valentía de aceptar que fuiste lejos del camino y vuelve, yo te extraño y Él te extraña. Si sientes que lo ofendiste y te cuesta regresar por el que dirán o qué dirá Él: tranquilo, Él ya te perdonó.

Quiero volver a ver ese ejemplo de amor tan grande en la tierra. Quiero volver a ver la nobleza que le hace falta al mundo. Quiero ver no sólo un ejemplo de vida en ti, pero un ejemplo de Dios.

Cuentas conmigo para lo que sea. 
Oro por ti.
Te Amo en Cristo.

__________________________________________________________________________
Compártelo a alguien que esté lejos. Tu puedes ser el instrumento que Dios necesita hoy para traer a alguna de sus ovejas de vuelta. Hazlo... Sin Pena, Sin Miedo.

Saturday, January 31, 2015

#YoLlevoPaz

Creo que la frase más usada por políticos, aquellos que nos preocupa el mucho, noticieros, accionistas por el mundo, entre muchas otras personas es: queremos PAZ. 
Seguramente tu como cristiano o no cristiano deseas lo mismo. Tal vez no lo hayas notado, pero en una misa es esa misma frase la que más se repite, sólo un poco diferente: que la PAZ esté contigo. 

Y fue entonces cuando me puse a reflexionar el verdadero significado de ese saludos de paz. Herman@s, Jesús vino a darnos PAZ, pero el nunca llegó como un dictador a traer la paz por medio de guerra y miedo. Al contrario, el siempre nos dio la opción de seguirlo y lo hizo con amor, misericordia y caridad. A aquellos que lo siguieron, cuando el resucitó, los saludaba con un saludo de paz: "la paz esté con ustedes". 

La paz va más allá. 

Según la RAE la paz es una "Virtud que pone en el ánimo tranquilidad y sosiego, opuestos a la turbación y las pasiones". Entonces ¿a qué nos invita Dios en realidad? 

Dios te invita a que tú estés en paz. Que estés tranquilo, sin preocupaciones, sin problemas, sin miedos. Nos invita a dejar atrás la pasiones terrenales que nos llevan al pecado para poder estar en comunión con Él. Dios te invita a ser feliz: a tener tranquilidad en tu corazón y en tu vida. 

Con esto no me refiero a que quiere que vivamos en guerra, no me mal entiendan. Un sabio muy grande dijo:
"Se el cambio que quieres ver en este mundo" Ghandi.
Compartimos lo que somos, y nosotros desde nuestro interior somos los que cambiamos el mundo. Si en tu interior hay guerra, miedo e intranquilidad, ten por seguro que allá afuera por más que intentemos proclamar que las guerras, inseguridad y violencia son cosas malas, lo único que estaremos llevando es el mismo miedo que eso nos causa. 

Vamos a llenarnos de felicidad verdadera, vamos a llenarnos de PAZ para así poder transmitir lo que el mundo necesita. Cambia el mundo de tu interior, dale paso al amor de Dios y siente esa PAZ. Y desde hoy, cada vez que escuches que en este mundo se necesita paz, recuerda que la paz viene de adentro y llevarla a los demás es cuestión de predicar con tu ejemplo.



#YoLlevoPaz ¿y tú?



Sin Pena, Sin Miedo.
Foto: Daniel Rodríguez

Thursday, January 29, 2015

Pasa todos los días...


"Y recuerden: Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo". 
Mt 28:20
Hermano, tu que tienes miedo, tu que tienes limitantes, rompe las cadenas que te atan a no gritar lo mucho que lo amas.

Justo ayer me di cuenta del miedo que se apodera de mi, y sé que no soy el único con este temor. El qué dirán.

Muchas veces en nuestro día a día escuchamos cosas como "yo creo en Dios pero no en la iglesia", "si Dios existe porque permite esto o aquello", "no creo que haya un Dios, cada quien hace su destino"; y nos limitamos con la excusa de que hay que respetar las opiniones de los demás y nos quedamos con nuestros argumentos callados y el versículo perfecto lo guardamos para nosotros.


Es cierto, el respeto en nuestros tiempos es la base para todo, pero evangelizar no es actuar sin respeto. El nos envió a repartir su palabra, por el bautizo te hizo profeta y el mismo en su palabra nos invita a llevar su evangelio a todos lados, incluso a tierras hostiles y la mayoría del tiempo esa tierra es el confort de tus amigos, la seguridad de tu familia o el miedo a que pensarán en tu trabajo (Lc 4:24).

Hoy es tiempo de que dejemos el miedo atrás, Jesús nos envió con una misión muy sencilla: proclamar el evangelio. Herman@, ya es tiempo de olvidar los juicios que pueden hacer sobre nosotros las personas de este mundo, ya es tiempo de que salgamos y gritemos lo que es Dios y su amor, ya es tiempo de que tomemos nuestra cruz y salgamos de lo que estamos acostumbrados, ya es tiempo de que prediquemos con fuerza lo que el amor de Dios puede hacer en la vida de las personas, ya es tiempo de olvidar la pena y el miedo y ofrecerle la oportunidad de Dios a quienes nos vienen con las quejas.

Te invito a seguir sin miedo, te invito a no quedarte callado cuando Dios te pone la oportunidad de esparcirlo. Después de todo, puede que tus palabras sean lo más cercano de Dios que alguien pueda llegar a escuchar. Toda acción cuenta y toda acción es grande ante los ojos de Dios.

"Predica en evangelio en todo momento y, de ser necesario, usa las palabras". 
San Francisco de Asis

Sin Pena, Sin Miedo.